pasto para henolajeTodos sabemos que los forrajes constituyen la mayor parte de la dieta diaria de nuestros equinos, ya que los necesitan para mantener una buena salud. Hablamos, por supuesto, de un forraje de calidad.

Dentro del grupo de los forrajes podemos distinguir entre los frescos o verdes y los conservados.

Forrajes verdes o frescos son los pastos y la hierba verde (con un contenido en humedad mayor del 80%) y forrajes conservados son, entre otros, los henos de gramíneas y/o de leguminosas, los ensilados y los henolajes.

¿Por qué elegir henolaje para los caballos?

La mayoría de los propietarios o las personas responsables de alimentar a los caballos tienen acceso al forraje conservado, que es en el que se centra este artículo.

Aunque un forraje seco de calidad es un magnífico alimento para nuestros caballos, el henolaje tiene unas ventajas incuestionables: aporta unos nutrientes más digestibles, es más palatable (agradable al gusto) para el caballo y tiene una mayor calidad nutricional e higiénica, lo que nos permite alcanzar altas cotas de productividad y eficiencia a la hora de alimentar a los equinos.

Su mayor aporte energético es otra de las ventajas del henolaje, ya que con menos volumen de producto conseguimos iguales resultados nutricionales. Y es que si una de las partes de mayor contenido nutricional de una planta en fresco son las hojas, con la técnica del henolaje el contenido en hojas es mucho mayor que en el heno. De hecho, el contenido en alimento y en energía del henolaje es de un 25% a un 35% superior. En términos de energía el heno contiene unos 8 MJ o incluso menos, mientras que el henolaje alcanza los 10-11MJ.

Además, debido a las características organolépticas del producto, está libre de polvo y, por lo tanto, es un alimento idóneo para todos los caballos, y especialmente para aquellos con enfermedades o problemas respiratorios (EPOC)*.

proceso de henolaje¿Pero qué es exactamente el henolaje? La técnica

El henolaje es el resultado de procesar un forraje o alimento voluminoso/fibroso bajo unas ciertas condiciones y características con el objetivo de conservarlo con el mayor nivel de nutrientes durante el máximo tiempo posible.

Para obtener un henolaje de calidad, además de saber combinar ciertas plantas/hierbas (tanto gramíneas como leguminosas) para alcanzar el perfil nutricional deseado, hay que tener práctica y experiencia agropecuaria.

La técnica de elaboración del henolaje pasa por acertar el momento de corte del forraje, teniendo en cuenta el estado vegetativo en que se encuentran las plantas, y también prever las condiciones ambientales y/o climatológicas que acompañaran durante el corto periodo tiempo que pasará el forraje cortado en el campo hasta su recogida y empaquetado.

El forraje debe dejarse secar hasta que contenga un nivel de humedad entre el 30% y 40%. El tiempo de secado variará en función de las especies vegetales que lo compongan y también de las condiciones ambientales.

¿Por qué se empaqueta el henolaje?

El objetivo principal del empaquetado es que el henolaje conserve la humedad requerida, con el fin de crear un ambiente anaeróbico (ausencia de oxígeno) que dé lugar a una deseada fermentación.

En el forraje conservado hay presencia de bacterias, cuya actividad desemboca en la fermentación de los azúcares contenidos en él, así como los carbohidratos solubles en agua, lo que produce ácido láctico que hace descender el pH, previniendo el crecimiento de organismos dañinos como los clostridiums. De este modo se conserva eficazmente el alimento.

De igual manera, cuando abramos el saco, como el henolaje entra en contacto con el ambiente (fase aeróbica), el alimento debe consumirse en un plazo no mayor de 3 días.

*Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.

 

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