El calostro es la primera leche que da la yegua recién parida.
Esta sustancia es rica en proteína, especialmente en inmunoglobulinas (defensas y anticuerpos) y vitamina A.
Estas inmunoglobulinas no atraviesan la placenta de la madre y solo se absorben a través de la pared intestinal de los potros durante las primeras horas de vida.
El calostro es imprescindible para proteger al potrillo de las infecciones e iniciar con fuerza el camino de la vida.
Transcurrido el tiempo, el calostro va perdiendo sus propiedades inmunitarias y va transformándose en leche.
Por eso es muy importante que el potro mame al nacer, en las primeras horas de su vida. Entre los 30 minutos y las 2 horas posteriores al alumbramiento.
En caso de que el potro no mamase en el periodo de tiempo adecuado, bien por un nacimiento prematuro, por mala absorción en el intestino delgado, liberación prematura del calostro por las ubres de la yegua o muerte de ésta, se puede preparar o adquirir un sustitutivo.
Esta primera leche tiene, además, un efecto laxante que libera el tubo digestivo del potrillo de las sustancias extrañas que ha acumulado durante la gestación.
Una yegua sana y adecuadamente alimentada producirá mejor leche y un mejor calostro.
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