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El confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus ha modificado los hábitos de mantenimiento de nuestros caballos.
Esta nueva fase de desescalada, en la que podemos volver a montar (con las limitaciones establecidas),
conlleva también un cambio progresivo en la alimentación y nutrición de nuestros caballos. Un nuevo contexto en el que tenemos que contemplar, además, la subida de las temperaturas.

Desde Covaza Nutrición Equina compartimos  con vosotros algunas recomendaciones.

Consejos para alimentar a los caballos en este periodo de desescalada:

1.- Ajustar las cantidades de forraje

Si en el periodo de confinamiento aumentamos el aporte de forrajes (con alto contenido en fibra) para disminuir o, en su caso, eliminar el aporte de piensos, en esta nueva situación iremos poco a poco reduciendo la proporción de forrajes, sin olvidar que los caballos deben consumir siempre entre el 1’5% y 2% de su peso en forraje de calidad y que debemos evitar forrajes muy lignificados (paja de cereales) que, en grandes cantidades,  podrían provocar cólicos por impactación.

2.- Aumentar de forma progresiva el aporte de piensos

Incrementaremos progresivamente el consumo de piensos conforme aumentemos la actividad de nuestros caballos, ya que las necesidades de nutrientes esenciales, así como el aporte de energía, irán siendo poco a poco mayores. Este incremento del pienso, es importante, ha de realizarse en función del trabajo realizado, nunca por el que se ha previsto realizar.
Si hemos utilizado durante el confinamiento un aporte extra de de minerales y vitaminas, y teniendo en cuenta que en la época en la que estamos la sudoración del caballo será mayor, interesará continuar proporcionándole un aporte de electrolitos  como Vitaminer-electrolitos.

Si hemos cambiado el pienso habitual por uno menos energético, reintroduciremos el pienso habitual de forma progresiva y reduciremos el otro, también progresivamente.
Si, para compensar la reducción de piensos habíamos usado aceites (GlycoilLinomax3) durante el periodo de no actividad, ahora podemos reducir su aportación progresivamente, en la medida en que vamos aumentando la ingesta de pienso. No obstante, en esta nueva situación, también podemos optar por mantener el aporte de estos aceites que, además, de proporcionar un extra de energía sin excitar al caballo, les proporcionan múltiples beneficios como, fortalecer el sistema inmunitario o favorecer sus principales funciones fisiológicas.

Recordemos que los cambios en la alimentación hay que hacerlos siempre de forma progresiva.

3.- Vuelta gradual a la actividad

En este periodo de confinamiento nuestros caballos han visto reducida su movilidad de forma importante. En el mejor de los casos, se les ha podido dar cuerda de forma limitada. Así pues, debemos devolverlos a la actividad ecuestre de forma progresiva, más todavía cuando este nuevo periodo viene acompañado de temperaturas estivales. Aquí tenéis nuestras recomendaciones para el verano.

4.- Hidratación continua

No olvidemos que el nutriente más importante de los caballos, en cualquier situación, es el agua, que constituye entre un 70-75% del peso de un caballo adulto y hasta el 85% de un potro.
Es básico que nuestro caballo tenga acceso a agua de buena calidad constantemente.
Si no fuera posible, debemos suministrársela siempre antes de cada comida.
Las necesidades de agua para un caballo en mantenimiento o nivel de ejercicio suave son de unos 5 litros por cada 100 kilos de su peso vivo. Por ejemplo, un caballo de 500 kg necesitará unos 25 litros de agua diariamente.
Recordemos, sin embargo, que, en épocas muy calurosas y con nivel de trabajo elevado, estas necesidades de mantenimiento pueden llegar a triplicarse. Es decir, el caballo pasaría de necesitar unos 12-15 litros x 100 Kg de su peso vivo. Esto es: en un ejemplar de 500 kg, un consumo diario de unos 60-75 litros.

5.- Especial atención al manejo de caballos de uso deportivo

Hemos de diferenciar el manejo del caballo con fines recreativos (nivel de trabajo ligero) del de los caballos con fines deportivos (nivel de trabajo medio, elevado, o muy elevado).
En el primer caso, dado que el nivel de esfuerzo exigido al caballo no es importante, manteniendo los consejos que se dieron durante el estado de alarma en cuanto al manejo de la alimentación, el caballo puede volver a su actividad sin el riesgo de sufrir importantes lesiones.
Ahora bien, si hablamos de un caballo que hasta antes de ser declarado el estado de alarma, estaba sometido a un estricto programa de entrenamiento, y tenía una condición corporal acorde con su actividad, debemos ser más pacientes y prudentes en cuanto al periodo de adaptación a la situación prepandemia, que puede durar varios meses.

Lo más importante es establecer un adecuado y escalonado programa de trabajo, secundado por el programa de alimentación, con el objetivo de evitar problemas de salud y lesiones.

 

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