Alergias equinas

Que son las alergias equinas

La alergia equina es una respuesta inmune a una sustancia generalmente inofensiva

Las alergias afectan principalmente a la piel y/o al tracto respiratorio de los caballos de cualquier edad y raza.

Las reacciones alérgicas pueden ser desencadenadas por:

  • Polvo, moho y polen
  • Picaduras de insectos
  • Químicos aplicados o tocados
  • Medicamentos, vacunas y plasma o transfusiones
  • Alimentos

Las reacciones pueden aparecer como:

  • A. Hinchazón, enrojecimiento, formación de costras y/o picazón en la zona de contacto en el caso de dermatitis de contacto (como en la picazón de picaduras de insectos).
  • B. Pérdida de pelo.
  • C. Urticaria localizada en ciertas zonas o por todo el cuerpo.
  • D. Dificultad para respirar, tos e intolerancia al ejercicio en el caso de alergias respiratorias (como en la urticaria por polvo o moho).

Las alergias equinas afectan principalmente
a la piel y/o al tracto respiratorio de los caballos
de cualquier edad y raza.

 

Diagnóstico

 

Factores a examinar

  • Entorno.
  • Edad. 
  • Estacionalidad. 
  • Localización.

 

Pruebas diagnósticas

  • Biopsia de la lesión y examen microscópico para descartar otras causas, como tumores, fotosensibilización, infección y parásitos internos
  • Prueba de alergia intradérmica (piel).
  • Suero (sangre), pruebas de alergia.

Tratamiento y prevención

Las claves para prevenir y/o tratar cualquier alergia son evitar la causa y los corticosteroides.

Evitar las picaduras de los insectos:

  • Controlar la población de insectos, especialmente moscas, mosquitos y tábanos
  • Utilización de barreras respecto a los insectos como máscaras antimoscas y mosquitos, y mantas que cubran el cuerpo del caballo, repelentes, etc.

Evitar el polvo y, con él, las esporas, los ácaros y otros posibles alérgenos:

  • Heno limpio y de calidad.
  • Mantener adecuadamente limpios y ventilados los establos y cuidar especialmente la higiene del box.
  • Recomendamos una buena cama y un higienizante de cama de caballos como VitalBlue Leste.
  • Suplementos nutricionales que contengan ácidos grasos Omega3, que refuerzan el sistema inmunitario del caballo y reducen la inflamación. Recomendamos Glycoil, Linomax o Green & Blue de Covaza.

La mayoría de las alergias no son graves.
La clave para mantener a tu caballo de manera óptima es descubrir la causa y evitarla.

Infografía sobre las alergias equinas

 
Infografía de «Alergias Equinas»  en formato Pdf interactivo.
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Alimentación de los caballos en primavera

La alimentación del caballo en primavera

Se alarga el día y aumentan las temperaturas, dos señales que anuncian que el invierno está a punto de finalizar y entramos en la estación donde todo se renueva y los pastos comienzan a crecer con fuerza. En este artículo compartimos las claves para una alimentación saludable de los caballos en primavera.

En este periodo empiezan a realizarse los primeros cortes de alfalfa y de algunos henos, y los jinetes comienzan a pasar más tiempo practicando con sus caballos, algo que debemos tener en cuenta para adaptar a nuestros caballos, de manera gradual y sin estrés, a las nuevas condiciones ambientales y de nutrición.

Exponemos algunos puntos clave para conectar con éxito con la nueva estación:

Condición Corporal

Algunos caballos habrán perdido condición corporal durante el invierno; otros habrán ganado algo de peso.
Por lo tanto, antes de variar su dieta, debemos valorar la condición corporal de nuestro caballo para asegurarnos de que el consumo de alimento es adecuado a su estado físico.

Lo más práctico es aplicar la escala de Hennecke, que nos dará una idea bastante aproximada de en qué estado se encuentra nuestro caballo.
Este sistema consiste en observar la disposición de tejido graso en algunas partes determinadas del caballo y ayudar a los propietarios a ajustar su dieta.

Si detectamos que nuestro caballo debería aumentar algunos kilos tendríamos que que pasar a suministrar una dieta de mayor contenido energético.

Pero si nuestro caballo tiene sobrepeso, deberíamos restringir su alimentación o pasar a una dieta con menor aporte calórico. Y por supuesto sin perder de vista el cambio en la actividad de nuestro caballo.

Forraje

Es la parte más importante del programa de alimentación del caballo en primavera, y donde existen más variaciones nutricionales si comparamos los forrajes cosechados en la temporada anterior con los de la nueva cosecha que ya está en marcha. En las zonas donde el invierno es más crudo, los propietarios de caballos suelen complementar las fuentes de fibra de los forrajes por otras, como por ejemplo la pulpa de remolacha.

Debemos tener presente que los pastos en primavera tienen un crecimiento muy acentuado, traduciéndose nutricionalmente en mayores niveles de hidratos de carbono hidrosolubles (azúcares), y almidón.
Por lo tanto: precaución con aquellos caballos que engordan fácilmente o son obesos (resistencia a la insulina), son propensos a infosuras (Laminitis) o, en el plano patológico, tienen el síndrome de Cushing, porque habrá que vigilar, y en ocasiones restringir, su acceso a los pastos para evitar los problemas que se pueden desencadenar.

Los pastos a principios de la primavera suelen ser más ricos en almidón y azúcares, cuando la planta es joven y vigorosa.
Sin embargo, a medida que va creciendo, esos hidratos de carbono no estructurales o también llamados de reserva van disminuyendo  a favor de la parte fibrosa y/o leñosa de la planta.

Cómo afecta la primavera a nuestro caballo

En esta época del año, los caballos, debido al aumento de la temperatura ambiente y a la mayor duración de horas de sol, suelen desprenderse del pelaje que los ha protegido durante el invierno de las bajas temperaturas a las que han estado expuestos.

Preparar al caballo para que regenere un pelo de calidad pasa por examinar la dieta que le suministramos.

Dietas ricas en aminoácidos, sobre todo aquellos denominados  azufrados, regeneran un pelo de mayor calidad. Tengamos en cuenta que estos aminoácidos forman de manera importante tanto el pelo como los cascos del caballo (tejido queratinoso).

Por otro lado dietas ricas en grasas y aceites esenciales (Ver Covaza Glycoil y LinoMax3) también harán que mejore la calidad y del pelaje de nuestro caballo.

El pienso o concentrado

Debemos ajustar, como siempre, la cantidad y tipo de concentrado según el nivel de trabajo y la condición corporal de nuestro caballo.

Limitar los pastos o los nuevos forrajes puede limitar también la ingesta de nutrientes esenciales tales como fibras digestibles, aminoácidos, vitaminas y minerales.

Por eso debemos ofrecer a nuestro caballo alimentos concentrados equilibrados y que contengan esos nutrientes esenciales básicos para su buen mantenimiento y rendimiento deportivo. Sólo lo conseguiremos si suministramos alimentos formulados concienzudamente, como los piensos Covaza, a finde cubrir dichas exigencias fisiológicas.

El caballo en primavera

 

¿Por qué microalgas y no algas en la nutrición del caballo?

Caballo ¿comer algas?

Las algas marinas

Las algas marinas podrían parecer unos buenos suplementos en la alimentación de nuestros caballos, gracias a su alto contenido en Omega 3, pero presentan dos problemas:

  • Pueden ser perjudiciales para la salud de los caballos por sus altos niveles en Yodo y Selenio
  • No existe un control real sobre el valor nutricional que aportan, pues está en función del momento de recolección, el lote y otras variables

Las microalgas de agua dulce

Las microalgas de agua dulce, en cambio, sí son una opción segura y eficaz para suplementar la nutrición de los caballos

  • Puesto que no tienen esos altos niveles de Yodo y Selenio que presentan las algas marinas y que son perjudiciales para nuestros caballos
  • Y se producen de forma controlada, lo que garantiza su estabilidad y seguridad nutricionales

¿Cuáles son las mejores microalgas de agua dulce para suplementar la alimentación de nuestros caballos?

Las que se usan principalmente son la Espirulina y la Chlorella.

La Espirulina

La Espirulina destaca por sus potentes efectos antihistamínicos, antiinflamatorios y de estimulación del sistema inmune.

Incluida en la ración de los caballos, está demostrado que la Espirulina mejora la salud de su piel y pulmones, una cuestión especialmente relevante ante los desafíos estacionales que plantean los mosquitos y agentes irritantes como el polvo y el polen.

Además, tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud, la Espirulina constituye una excelente fuente de proteínas.

La Espirulina ayuda a combatir las alergias, dirigiendo la respuesta inmune apropiada para cada tipo de alérgeno con el que entra en contacto nuestro caballo, lo que evita problemas respiratorios como el asma o la EPOC, o dermatológicos, como inflamaciones y picazón.

Gracias a su digestibilidad y a su alta concentración de proteínas (mayores que la harina de soja), la Espirulina también es un estupendo suplemento para desarrollar el músculo de los caballos y para estimular su crecimiento.

La Chlorella

La Chlorella, por su parte, se caracteriza por su alto contenido en clorofila, aminoácidos esenciales, vitaminas, minerales, enzimas, proteínas y antioxidantes de fácil asimilación.

Esta microalga ayuda a nuestros caballos a mejorar su salud digestiva, desintoxicar su cuerpo y producir sangre, además de ser un alimento denso en nutrientes que se absorbe fácilmente.

Está demostrado que la Chlorella ayuda a eliminar toxinas, pesticidas, herbicidas, residuos de radiación y metales pesados del cuerpo de los caballos.

Su alto contenido en clorofila (indispensable en la alimentación de cualquier herbívoro) limpia el hígado, la sangre, los riñones y el tracto digestivo de nuestros caballos, mejorando su salud general.

Así mismo, sus altos niveles de hierro estimulan la generación de glóbulos rojos.

El ácido nucleico que contiene esta microalga repara los tejidos de nuestro caballo cuando desarrolla una actividad importante y contribuye a que trabaje de un modo más eficiente.

En suma, ambas microalgas se presentan como la mejor alternativa, nutritiva y segura, para suplementar la alimentación de los caballos.

En línea con su compromiso de ofrecer productos nutricionales de la máxima calidad para nuestros caballos, Covaza Nutrición Equina pone a disposición de sus clientes un nuevo suplemento alimentario elaborado con estas dos microalgas, Green and Blue.

Green and Blue, además, incorpora a su formulación un valor añadido: las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de la cúrcuma. 

Green&Blue Bote de 1,5 kg

Green & Blue el producto de Piensos Covaza con Spirulina, Chlorela y Cúrcuma.

 

La alimentación y el ejercicio en los caballos de competición

La dieta de un caballo de competición es diferente a la de un caballo de ocio.
La nutrición de los caballos que hacen deporte y compiten habitualmente debe mantenerlos en óptimas condiciones y mejorar su rendimiento.

Caballo y jinete saltando un obstáculo de competición

Hay tres factores que debemos vigilar para lograr el mayor rendimiento de un caballo de competición y para evitarle riesgos de salud que pueden afectar muy negativamente a su carrera deportiva:

Energía: demos a nuestro caballo de competición la que necesita. Ni más ni menos

Uno de los conceptos más importantes en cuestiones de alimentación es la energía.
La cantidad de energía ingerida a través de los alimentos que suministremos al caballo será decisiva, tanto para mantener una correcta condición corporal (ver artículo escala de Henneke) como para proveer al caballo de reservas energéticas suficientes para el trabajo que se le exija.

Si la cantidad de energía ingerida es menor que la energía necesaria para desempeñar el trabajo, el caballo adelgazará, mientras que si la cantidad de energía ingerida es superior a la requerida el caballo engordará.

Otro tipo de variable a tener en cuenta es el tipo de trabajo a realizar.
La demanda física de las distintas disciplinas hípicas es muy amplia:
no es lo mismo alimentar a un caballo de carreras, cuyo esfuerzo es muy intenso en un periodo muy corto de tiempo, que alimentar a un caballo de raid, donde el esfuerzo en intensidad es mucho menor pero, sin embargo, la duración es mucho mayor.

En cualquier caso, la realización de un ejercicio exige el aumento de los niveles de energía, agua, ciertos minerales (calcio, fósforo, cloro, sodio, potasio), y algunas vitaminas, fundamentalmente la vitamina E y C, y las del grupo B. Sin embargo, la necesidad de otros nutrientes como proteína, y vitaminas A y D apenas cambia.

Ni qué decir tiene que debemos dejar pasar dos horas por lo menos desde que le damos la ración de pienso hasta que ponemos a trabajar al caballo para no interferir en su proceso digestivo.

Binomio de jinete y caballo entrenando en doma clásica.

El calor: preferibles los concentrados, pero en su justa medida

El calor es otro factor que debe ser considerado cuando se alimenta a los caballos de competición sometidos a ejercicio.

El ejercicio es trabajo metabólico: el trabajo produce calor y el caballo debe disiparlo para realizar adecuadamente el trabajo.

Cualquier cosa que aumente el calor corporal, o interfiera con la capacidad del caballo para deshacerse del calor del cuerpo, puede afectar al rendimiento.
Obviamente, la humedad y temperatura ambiente pueden afectar dramáticamente a la capacidad del caballo para eliminar el calor corporal sobrante debido al ejercicio.

Pero también debemos considerar el calor producido por la digestión de los alimentos, ya que éstos actúan de diferentes maneras, tanto por su capacidad para retener agua como por la eficiencia de su digestión y utilización.

Por ejemplo, si comparamos los concentrados (bien sean granos de cereales o piensos preparados) frente a forrajes, estos últimos son más voluminosos, retienen y requieren mayor cantidad de agua en el sistema digestivo, son digeridos con menor eficiencia y producen mayor cantidad de calor en su digestión, por lo que alimentar a los caballos de competición con concentrados tiene ciertas ventajas.

Sin embargo el beneficio de estas ventajas debe ser sopesado contra el riesgo de producirse cólicos o infosuras (laminitis).

El estrés: vigilar el ejercicio del caballo y controlar el almidón

La alimentación del caballo de competición también influye en su grado de estrés.
Las raciones elevadas en almidón contribuyen a estresar a algunos caballos, ya que este polisacárido es una fuente de energía rápida y explosiva (energía caliente, ver artículo energías caballo) que con la digestión se convierte rápidamente en glucosa. Este pico de glucosa provoca que el páncreas del caballo segregue insulina para contrarrestarla. Y la insulina pasa al torrente sanguíneo del caballo, le excita y le estresa.

Pero ¿qué alimentos contienen mucho almidón?

Las raciones tradicionales a base de cereales sin procesar, como la avena, cebada, trigo o el maíz, y los subproductos de cereales como el salvado de hoja o las cuartas de trigo (si bien, estos subproductos contienen menos) .

En cambio, las raciones bajas en almidón pero ricas en grasas y fibras digestibles (energías frías), evitan estos picos de glucosa que tanto alteran a los caballos y previenen, así, parte del estrés. Concentrados para caballos de deporte como Sport Performance tienen en cuenta esta relación entre estrés y fuentes de energía en su formulación. Por otro lado, está demostrado que el ejercicio estresa, o pone en tensión, los sistemas del caballo. El estrés en el caballo está implicado en la etiología (origen) del comportamiento agresivo, úlceras gástricas, cólico, diarrea y disminución de la función del sistema inmune.

El estrés inducido por el ejercicio

Aunque el estrés inducido por el ejercicio es difícil de cuantificar, el mejor sistema hasta la fecha es medir el cortisol en plasma y el lactato. Y los resultados de dichas mediciones han demostrado que unos tipos de ejercicio son más estresantes que otros.

Por ejemplo, potros iniciados en el entrenamiento demostraron una respuesta clásica de estrés fisiológico (un aumento de cortisol en plasma y lactato) a medida que aumentaba el nivel de trabajo, así como cuando se producían cambios en el manejo diario y en la rutina. Por otro lado, caballos de salto experimentados no dieron señales de estrés fisiológico después de haber completado una competición.

Reconocer posibles factores de estrés y eliminarlos cuando sea posible es muy beneficioso para los caballos de competición sometidos a un determinado programa de trabajo.

Quilis campeón de clásica en Fiecval 2012 y cliente de Covaza

La alimentación del caballo en otoño e invierno

Con el descenso de las temperaturas debemos tener en cuenta ciertas pautas de alimentación  y cuidados de nuestros caballos para que afronten en las mejores condiciones la estación invernal.

Caballo negro sobre paisaje nevado.

 

El caballo en invierno debe beber agua. Y a la temperatura adecuada

Al bajar las temperaturas, los caballos consumen menos agua. Por eso debemos asegurarnos de que siempre tengan acceso al agua potable.

Si las temperaturas descienden por debajo de cero grados hay que revisar todo el circuito que transporta el agua hasta el bebedero del caballo, desde el depósito hasta las tuberías (si están en el exterior), por si se forma hielo.

Si estamos en una zona  donde el frío es intenso podríamos ofrecer a los caballos el agua en cubos a una temperatura de 15º-17º C, o bien disponer de calentadores para contrarrestar el agua fría.

Caballo en invierno bebiendo agua a la temperatura adecuada

Dar al caballo un forraje con más energía (o complementarlo con pienso o aceite) y fibra

Si nuestro caballo no está sometido a un trabajo elevado, podemos mantenerlo en buena condición física a lo largo de casi todo el año con suficiente forraje de calidad.
Pero, con la bajada de temperatura, el caballo necesita mayor aporte calórico y el forraje habitual no cubre sus mayores exigencias energéticas. Por eso necesitamos:

Cambiar a otro forraje con mayor nivel de energía

O complementar el forraje con algún pienso para que la ración diaria cubra las necesidades de mantenimiento de nuestro caballo en términos de energía.

También podemos utilizar aceites apropiados como Gycoil o LinoMax3 que aumentan el aporte de energía de una forma segura y saudable (ver Los aceites: los grandes aliados energéticos de los caballos).

Además, el forraje nos aporta fibra, nutriente esencial en la dieta del caballo. Si el forraje escasea podemos ‘estirarlo’ con fuentes de fibra alternativas:

Subproductos fibrosos (pulpa de remolacha, salvado de trigo).

Piensos completos (que aportan otros nutrientes, vitaminas y minerales y cuyo nivel de fibra sea como mínimo del 17%-18%).

En Covaza Nutrición Equina te recomendamos dos piensos con un alto nivel de fibra:
Hipic Horse para los caballos adultos con buena salud que no han tenido ninguna patología.
Y nuestro pienso veterinario, Tecnofiber, para cualquier caballo con algún problema de salud o un caballo sano que necesite ganar condición física (Tecnofiber, suministrado en diferentes cantidades según el caso, siempre es un complemento del pienso adecuado a la edad del caballo -potro, adulto, senior-, y del forraje, como todos los piensos).

Caballo comiendo forraje en paisaje nevado.

Revisar la condición corporal del caballo para ajustar las raciones

El pelo de los caballos en invierno crece para protegerse del frío y puede engañarnos sobre su verdadera condición corporal.
Por eso es especialmente importante vigilarla dos veces al mes mediante el sistema de puntuación de la condición corporal denominado escala Henneke (ver artículo sobre la escala Henneke).

Este sistema nos ayuda a localizar las zonas de grasa en el cuerpo del caballo y, en base a su valoración, nos permite ajustar de manera más exacta el programa de alimentación.

Si durante estos meses el caballo aumenta su peso, deberíamos disminuir la cantidad de concentrado o de pienso y, en la misma proporción de peso, aumentar el forraje.

Pero si nuestro caballo no ha necesitado pienso hasta ahora y con la cantidad de forraje que le suministramos pierde peso, deberíamos aumentar la cantidad de dicho forraje,  pasar a otro de mayor contenido energético o añadir a su ración diaria un poco de pienso.

Caballo castaño viendo nevar.

Y no olvides que:

El agua es el nutriente fundamental de los caballos y debemos prestarle  mucha atención.

El forraje es el segundo alimento en importancia para el caballo después del agua.

Y el aporte de fibra es especialmente beneficioso para el caballo en invierno, ya que su digestión genera más calor que la digestión de los concentrados.

Caballos en invierno con nieve.

Consejos para cuidar a nuestros caballos cuando hace frío

Caballo alazán con manta en fondo nevado.

¿Qué podemos hacer para que nuestros caballos afronten las bajas temperaturas en las mejores condiciones?
En Covaza Nutrición Equina os recordamos algunos sencillos consejos que pueden sernos muy útiles para proteger a los caballos del frío.

‘Abrigar’ a los caballos

Aunque a estas alturas del año, nuestros equinos ya han tenido tiempo suficiente para echar el pelo que les protege naturalmente del viento y del frío, si previnisteis los fríos con las mantas es importante mantenerlas hasta que las temperaturas suban de nuevo.

Además, aunque ya hubierais protegido a los caballos con manta, no os confiéis: si están expuestos a la lluvia, al viento o a las bajas temperaturas, pueden enfriarse. Si el mal tiempo predomina, debemos dar a nuestros caballos acceso a algún tipo de abrigo, ya sea un establo, un cobertizo o, simplemente, un cortaviento.

Comprobar su nivel de confort

Aparte de tomar estas precauciones, es conveniente que evaluéis periódicamente el nivel de confort de los caballos, especialmente en lo relacionado con la temperatura. Si el caballo tiembla, hay que resguardarlo. Si suda con la manta puesta, cambiadla las veces que sean necesarias.
Para saber si los caballos tienen la temperatura correcta, aunque no dispusiéramos de termómetro, podemos palpar la base de las orejas o bien el vientre justo detrás del codo. Estas zonas deben estar tibias independientemente del clima que haga.

Medir la condición corporal del caballo y reajustar su dieta

Una cuestión muy importante para vigilar la salud de nuestros caballos cuando hace frío es controlar su condición corporal y no fiarnos tan solo de su aspecto externo. Pero ¿cómo podemos hacerlo?:

Debemos ser capaces de sentir las costillas del caballo con una ligera presión. Si tenemos que aplicar más presión para sentirlas, el caballo tiene sobrepeso y no necesita un aumento de la alimentación para los meses de invierno.
En cambio, si podemos sentir las costillas del caballo sin ejercer apenas presión, es que está demasiado delgado, ha perdido condición corporal y tendríamos que revisar su ración.
(Ver más información sobre cómo medir la condición corporal del caballo y la escala Hennecke)

Una dieta basada en una buena cantidad de forraje altamente nutritivo ayudará a conservar la condición corporal deseada de nuestro caballo. Tengamos en cuenta que la digestión del forraje hace que se libere energía lentamente.

Además, y como complemento, los aceites vegetales como Glycoil o LinoMax3 son una manera ideal para afrontar las bajas temperaturas. Cualquiera de los piensos Covaza (incluidos los de mantenimiento) tiene esta saludable proporción de grasas y aceites (por encima del 4’00%-4’50%, frente a la mezcla tradicional, que no suele superar el 2’5%-3’00%).

Agua en óptimas condiciones

Además del alojamiento y la alimentación, es necesario controlar la ingesta de agua de nuestros caballos. El agua fría puede provocar que los caballos beban menos y se deshidraten. Y esto, a su vez, puede desembocar en un cólico por impactación.
Asegurémonos, por tanto, de que los caballos dispongan de una fuente de agua no congelada y limpia. Revisemos diariamente los bebederos o recipientes que la contengan. Si el agua se hubiera congelado, hay que romper el hielo y verter agua caliente hasta alcanzar una temperatura óptima: entre los 14ºC y 17 ºC.

Ver más información sobre la alimentación de los caballos en invierno

 

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